Salir de fiesta
Anoche inauguré oficialmente este verano diferente. Diferente porque me quedo en Cantabria al menos un año, estudiando Magisterio Infantil (Ojalá), pero ese es otro tema que aún no estoy preparada para comentar por aquí.
Así que va por la fiesta de anoche. Me lo pasé bien, desde luego, y además tuve la oportunidad de encontrarme hasta con vecinos del año de la pera (madre mía, Cantabria es un pañuelo...). Pero no sé, hace un tiempo, las fiestas me dejan con una sensación de vacío importante. Algunos me dirán que no lo parece, pero es cierto... Cada vez disfruto más con los simples encuentros, charlas y demás paseando por cualquier sitio, antes que saturándome de alcohol y haciendo el GILIPOLLAS. A lo mejor es el "dejodebeberdeldíadespuésporlaresaca", pero me lo planteo como una decisión que estoy segura de que podría aportarme cosas valiosas. Ayer, por ejemplo, después de dos meses más o menos sin fumar, di un par de caladas a un cigarro, y casi me muero. Qué asco; decisión correcta.
Es mejor menos alcohol y más cabeza. Más leer, más hablar, más reir, más compartir, más crecer...
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