Amasijo de huesos
Hace unos días fui con mi madre al dentista a una revisión.
Le han tenido que arrancar todos sus dientes. Yo no estaba cuando lo hicieron, y ella tampoco quiso llamarme para no asustarme. Seguramente quiso morir del dolor. Se le hinchó la cabeza como un balón. Apenas podía distinguirse la nariz de los pómulos, y costaba encontrarle los ojos. "Lávate los dientes". Me persigue por la casa desde que soy pequeña, repitiéndomelo. Han (hemos) tenido que pagar por lo menos un millón de las antiguas pesetas; seis mil euros.
Pasé a la sala para acompañarla, pensando que sólo iban a comprobar cómo evolucionaba. Pero le quitaron la prótesis. Vi a mi madre con la boca contraída, sin dientes, llena de arrugas... La piel marcando los huesos; la ausencia de huesos. Su mirada de preocupación. Luego volvió a tumbarse y al abrir la boca vi la carne. Tenía seis agujeros en el lugar en el que debieran estar los dientes. Seis agujeros hechos con algún taladro, seis oscuros agujeros. Temía que su ser se escurriese por ellos, temía perderla por allí. Le encajaban una placa y le ponían tornillos en la carne, apretándola, sujetándola. Miré mis manos y vi las venas, la piel, los pelos, los huesos. Esto soy. Yo estaba allí, puro huesos, y también mi madre. Aún así sabía que la amaba, que había algo que no era carne, algo que no podía explicar y que me aceleraba el corazón por el temor de que cualquier cosa pudiese salir mal.
No sé quién soy. No sé qué soy...
"Porque sueño no lo estoy. Porque sueño, sueño. Porque me abandono por las noches a mis sueños antes de que me deje el día. Porque no amo. Porque me asusta amar. Ya no sueño. Ya no sueño. A ti la dama, la audaz melancolía, que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio. Tú que atormentas mis noches cuando no sé qué camino de mi vida tomar... te he pagado cien veces mi deuda. De las brasas del ensueño sólo me quedan las cenizas de la mentira, que tú misma, me habías obligado a oír. Y la blanca plenitud, no era como el viejo interludio y sí, una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí, y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad"
Eres una bestia de madre. Una bestia parda...
3 comentarios:
Escalofriante!!Que cuajo! :S
ufff....si que lo tuvisteis que pasar mal...ojalá pronto este bien de los dientes.
un beso!gUaU!!
Pues sí, es un asco... Acabo de preguntarle a mi madre y de hecho han sido 12 mil euros, que se dice pronto...
Lo importante al final es que se lo pongan bien y se acaben de una vez las visitas el dentista.
Linda!
"porque sueño no lo estoy...te he pagado cien veces mi deuda..."impresionante Léolo, esas frases también se me quedaron grabadas en la cabeza.
Que se recupere bien y pronto tu madre.
ciao
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