Mami...
Echo de menos levantarme por las noches cuando me duele la tripa o tengo ganas de llorar y meterme contigo en la cama. Echo de menos sentir tu calorcito debajo de las sábanas, y tus piernas abrazándome, y tus caricias. Ojalá pudiera sentir tu piel siempre igual de suave, y tu sonrisa igual de joven. Ojalá pudiese escuchar siempre tu voz animada, y ver esa mirada tuya de amor cuando papá te besa. Echo de menos sentirme protegida entre tus brazos como si allí fuese imposible que me ocurriese nada malo. Y tengo miedo de que, realmente, en algún momento, se acabe todo y no pueda volver a hacerlo. Ojalá tengas razón y aparezcas envuelta en luz, llena de amor, y me abraces aún... Siempre.
Te quiero.
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