La Tormenta
Hoy, al llegar del trabajo, me he subido hasta la tercera planta de mi casa, he abierto la ventana, y me he fumado un cigarro recostada, mirando al cielo, observando a las nubes moviéndose deprisa, acercándose, apretándose... Me he concentrado en los truenos, en los pájaros, en los vecinos apurándose con el césped. -Madre mía la que viene! Y pensé... no soy de nadie. Estoy sola y me gusta disfrutar de mi soledad. Luego recordé que había dejado la moto en la calle... Mierda.
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2 comentarios:
Lo malo es cuando no puedes disponer de esa soledad, o sea, cuando la tienes que vivir sí o sí...
Y aunque creo que las personas no "viven solas", creo que la soledad es sobrellevable.
Aunque pueda ser una guarrada volver a la cama y joder que guarrada sin alguien al lado, pero bueno.
Son dos tipos diferentes de soledades. La que se refiere a tener personas con las que convivir o compartir el día a día o nuestros sentimientos, y la que llevamos siempre "puesta" y sentimos más que nunca en el momento de morir. Yo me refiero más bien a la segunda.
Y quizá un poco también a la primera, porque no tener a nadie de vez en cuando, te ayuda a ser consciente de la segunda y a aceptarla.
No hay nada traumático en ello.
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